Cómo superar la pérdida de una madre: Consejos y estrategias efectivas
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La muerte de una madre es un sufrimiento sin igual. No existe un tiempo fijo para superarla, en realidad, nunca la superamos por completo. Aprendemos a vivir con la pérdida, pero en cualquier momento puntual podemos necesitar llorar de nuevo esa ausencia. Es completamente normal.
La Universidad del Norte de Texas destaca la importancia de tener un apoyo sólido. Cada persona vive el duelo de manera diferente, algunos necesitan más tiempo, otros menos, y puede ser una pérdida súbita o resultado de una larga enfermedad. Sin embargo, lo más crucial es tener alianzas y apoyo en este difícil camino. El dolor es paralizante y nos hace encerrarnos en nosotros mismos por un tiempo.
Estrategias para saber cómo afrontar la muerte de una madre
Es en este momento cuando nos damos cuenta de que por primera vez en la vida, debemos lidiar con un sufrimiento sin contar con la ayuda de nuestra madre. Aquí hay algunas estrategias básicas que pueden ayudar:
1. Los primeros días son para tus sentimientos. No los niegues ni los ocultes.
Muchas veces pensamos que tenemos que ser fuertes y no caer en la tristeza porque es malo o no está bien visto. Si no se exteriorizan las emociones ligadas a la pérdida tales como la rabia, la ira, la incomprensión, la frustración, la nostalgia, el miedo, la desolación y la propia tristeza, se puede hacer bola dentro y poco a poco se hará más grande hasta que un día revientes y ahí el escenario será más difícil. Permítete llorar. Todo es normal en los primeros días después de la pérdida.
2. Cada persona tiene y vive un duelo distinto
El duelo es un proceso emocional y psicológico difícil para todas las personas, pero cada una lo experimenta de manera única y diferente. La forma en que una persona vive un duelo depende de muchos factores, como su personalidad, su cultura, su religión y su historial emocional previo.
Algunas personas pueden reaccionar al duelo con tristeza y depresión, mientras que otras pueden buscar consuelo en la fe o en los recuerdos de la persona fallecida. También hay aquellos que pueden experimentar una combinación de emociones, como la ira, la culpa y la confusión.
Es importante tener en cuenta que no existe una forma «correcta» o «incorrecta» de vivir un duelo, y que es normal que el proceso sea único y evolucione con el tiempo. Lo más importante es permitirse sentir las emociones y buscar apoyo de amigos, familiares o terapeutas si se necesita.
3. Tarde o temprano llega la aceptación
La etapa de aceptación en el duelo por la pérdida de una madre es un proceso complejo y desafiante. Es un momento en el que uno comienza a asumir la realidad de la situación y a encontrar maneras de continuar adelante sin la presencia física de su madre.
Nuestra vida tendrá un antes y un después y debemos tener claro que no va a ser exactamente igual. Poco a poco hay que ir aceptando y acostumbrándose a esta nueva situación y no es que vaya a ser peor, ni mucho menos. Va a ser muy parecida y nos aferraremos a los buenos recuerdos que guardamos de nuestra madre.
4. Tendremos altibajos al recordarla o cuando hablamos de ella
La pérdida de una madre es un duelo profundo y complejo que impacta en la vida de una persona de una manera única e intransferible.
A medida que avanza el tiempo, es común experimentar altibajos en la memoria y en la forma en que uno se relaciona con el legado de su madre. Algunos días pueden sentirse llenos de paz y gratitud por las enseñanzas y el amor incondicional que ella nos dio durante toda nuestra vida, mientras que otros días pueden ser invadidos por la tristeza y la soledad de su ausencia.
Con el paso de los días te darás cuenta que la mejor manera de recordarla es teniendo una vida plena porque aunque parezca mentira y sea una frase cliché, allí donde esté, nos querrá ver felices.
5. Rodéate de amigos y familiares cuando lo necesites
En momentos de tristeza, es importante rodearse de amigos y familiares en los que sintamos que podemos apoyarnos, las cuales nos de comprensión y que nos llenen de amor incondicional para ayudarnos a superar la difícil etapa del duelo.
Si necesitas hablar de tu madre hazlo, pero en la mayoría de casos solo con estar con gente con la que tienes lazos muy estrechos hará que tu nivel de tristeza y estrés se reduzcan.
Los pilares de amistad y familia son fundamentales para proporcionar consuelo y fortaleza en momentos adversos, y no debemos temer abrazar nuestras emociones ni pedir ayuda cuando la necesitemos.
Es a través del apoyo mutuo y la unión que podemos encontrar el camino hacia la superación de la pérdida y donde nos quedaremos con los buenos recuerdos de aquellos que amamos.
6. Acude a terapia si lo ves necesario
Es común experimentar una amplia gama de emociones y sentimientos cuando se pierde a un ser querido, especialmente a una figura materna. Sin embargo, a pesar de que el duelo es un proceso natural, a veces puede ser abrumador y difícil de superar. En estos casos, ir a un psicólogo puede ser de gran ayuda.
Un psicólogo profesional que tenga una buena experiencia en duelo, puede darnos ese apoyo emocional que necesitamos y ayudar a procesar las emociones y pensamientos difíciles. Además, un terapeuta puede plantearnos herramientas efectivas para manejar el dolor y ayudar a encontrar un camino hacia la superación del duelo.
Con su apoyo podremos entender mucho mejor cómo nos sentimos y aceptar que lo que nos pasa es un proceso totalmente humano por el que todos pasamos y por el que todos tenemos que superar.
Etapas de un duelo en la pérdida de seres queridos según la psicología
Un duelo es un proceso psicológico complejo que puede ser dividido en 5 etapas distintas, cada una con características únicas que afectan a la forma en que un individuo experimenta y procesa la pérdida.
Negación
La etapa de negación es una respuesta natural a una situación de pérdida o estrés emocional intenso. Durante esta etapa, la persona puede negar o evadir la realidad de la pérdida y negar la importancia o el impacto de la misma en su vida. Esto puede manifestarse como una actitud de «esto no puede estar sucediendo» o «no es real».
La negación es una forma de proteger a uno mismo de una dolorosa realidad y puede ayudar a darle tiempo a la persona para prepararse para lidiar con la pérdida. Sin embargo, la negación prolongada puede retrasar la capacidad de la persona para procesar la pérdida y puede interferir en su capacidad para avanzar a través de las demás etapas del duelo.
Es una parte normal del proceso de duelo, pero es importante no quedarse atrapado en ella por un período prolongado de tiempo para permitir una curación adecuada.
Ira
La etapa de ira es una reacción común a la pérdida y se caracteriza por una sensación de frustración, enojo y resentimiento hacia aquellos que han causado o perpetuado la pérdida. Esta ira puede ser dirigida hacia una persona específica, como el médico que no pudo salvar a un ser querido, o hacia una entidad más amplia, como una organización o el sistema en general.
La ira también puede ser dirigida hacia uno mismo, lo que puede manifestarse como autocrítica y culpa. Da una falsa sensación a sentir que se tiene algún control sobre la situación pero en realidad, en la mayoría de los casos, es un acto para protegerse a uno mismo de la pérdida. Culpar a otro es una de las salidas más fáciles que nosotros como humanos solemos manifestar.
Por otro lado, la ira prolongada y no resuelta puede interferir en la capacidad de la persona para avanzar a través de las demás etapas del duelo y puede afectar negativamente su salud emocional y física. Por lo tanto, es importante permitirse sentir y expresar la ira, pero también es importante trabajarla para permitir un proceso de duelo saludable.
Negociación
En esta fase, a la que en psicología se llama negociación, se refiere al momento en el que nos vamos dando cuenta que algo tenemos que hacer para superar el duelo y en la buscamos activamente soluciones.
Aquí podemos englobar todo aquello que se relacione con la búsqueda de información (como estás haciendo tú ahora si estás leyendo este artículo) o ir a ver a un psicólogo para que nos ayude a ir poco a poco aceptando la situación.
También es la etapa en la que solemos dejar que la imaginación vuele reviviendo momentos en los que pasábamos con nuestro familiar y nos sentimos culpables porque le contestamos mal en una determinada situación o porque no le dimos todos los besos que nos gustaría haberle dado o no le hicimos saber que le queríamos más veces. Todos tenemos estos pensamientos y son normales.
Depresión
La etapa de depresión en un duelo es un momento en el que la persona experimenta una profunda tristeza y sentimientos de pérdida después de haber perdido a un ser querido. En el caso de una pérdida de una madre, esta etapa puede ser especialmente difícil, ya que una madre suele ser una figura importante en la vida de una persona.
Durante la etapa de depresión, es común que la persona experimente una sensación de vacío y sienta que nada tiene sentido. Pueden tener dificultades para concentrarse, realizar tareas cotidianas, sentirse desmotivados y sin esperanza. También pueden sentir una profunda pena, angustia y llorar con facilidad y frecuencia.
Aceptación
La etapa de aceptación en un duelo es el momento en el que la persona comienza a comprender y aceptar la realidad de la pérdida de un ser querido. En el caso de una pérdida de una madre es el momento más duro de un hijo pero que tras la aceptación, el crecimiento personal y el autoconocimiento, se desarrollan y aumentan de manera significativa. De todo se sale más fortalecido.
En la aceptación, se puede empezar a ver la vida de una manera diferente y a encontrar nuevos sentidos y significados. Los recuerdos de nuestro ser querido se empiezan a ver con felicidad, gratitud y con mucho amor en lugar de solo sentir dolor y tristeza. También se comienza a ver el futuro con más esperanza y uno empieza a enfocarse de nuevo en su vida y en sus objetivos.
Es importante tener en cuenta que la aceptación no significa que la persona ya no sienta dolor o tristeza, sino que ha llegado a un lugar en el que puede coexistir con estos sentimientos de manera más saludable. La aceptación también puede ser un proceso que tenga altibajos, y es posible tener momentos de emociones difíciles de vez en cuando. Sin embargo, con el tiempo y el apoyo adecuado, la mayoría de las personas son capaces de encontrar una aceptación plena en sus vidas.